Síndrome General Anémico y Poliglobulias

Recuerdo Fisiológico
La eritropoyesis es el proceso de formación de los eritrocitos que, en el adulto normal se realiza íntegramente en la médula ósea.
Además es necesario que los hematíes adquieran hemoglobina para realizar el transporte de oxígeno, hasta llegar al reticulocito, que pasa a la sangre periférica. Al cabo de 1 ó 2 días, se transforma en un eritrocito maduro.
Los hematíes maduros tienen una supervivencia  media de 120 días. Al envejecer, sus sistemas enzimáticos se vuelven  menos activos y las células pierden flexibilidad. La rigidez de los hematíes dificulta su paso  por los vasos de la microcirculación, como por ejemplo en la pulpa roja esplénica.
Al quedar retenidos a ese nivel son fagocitados y destruidos por los macrófagos (eritrocateresis). El hierro de la hemoglobina, se reutiliza para la síntesis de nuevas moléculas de hemoglobina, los aminoácidos de la globina se recuperan para sintetizar nuevas proteínas, y la molécula de protoporfirina se convierte en bilirrubina no conjugada.

2. Estudio de la Sangre
Para realizar el estudio de los componentes de la sangre existen gran cantidad de pruebas complementarias.
Hemograma
Recoge:
  • Hematocrito 38-47 %. Relación en una muestra de sangre, entre el volumen que ocupan las células, considerando los hematíes como una célula con trascendencia en condiciones normales, y el volumen que corresponde con el plasma. Vhematíes/Vtotal
  • Concentración de hemoglobina 12-16g/dl
  • Índices eritrocitarios: 
    HCM. Hemoglobina corpuscular (o globular) media es la cantidad promedio de hb que contiene cada hematíe. 27-31pg 
    CHCM. Concentración de hemoglobina corpuscular media expresa la concentración media de Hb en cada hematíe. 32-36% 
    VCM. Volumen corpuscular medio. Expresa el volumen medio de la población eritrocitaria. [80-89fl] 
    Amplitud de distribución del tamaño eritrocitario expresa el grado de uniformidad del tamaño de los hematíes
  • Recuento y fórmula leucocitaria [4,8-10,8x103mm3]  
  • Nº de plaquetas
  • Expresan el contenido de pigmento hemoglobínico de los hematíes




Frotis o extensión de sangre periférica
Permite hacer un visionado directo de la sangre, y así, analizar el tamaño de los hematíes (normocíticos, macrocíticos o microcíticos), morfología (espiculados, falciformes, equinocitos...), color (normocrómicos, hipocrómicos, hipercrómicos), la presencia de células con forma de diana (dianocitos), de hematíes con núcleo (alteración en la maduración), de parásitos o inclusiones.
Otras pruebas complementarias para el análisis sanguíneo: metabolismo del hierro, ácido fólico y vitamina B12, estudio de la hemólisis, electroforesis de la hemoglobina, y el examen por microscopía óptica de muestras obtenidas por aspirado o biopsia de la médula ósea.






3. Síndrome General Anémico

La anemia se define como el descenso de la concentración de Hb en sangre < 13 g/dl en el varón y 12 g/dl en la mujer. Se acompaña de una disminución del hematocrito y una reducción, aunque no constante, del número de glóbulos rojos.

Antes de establecer definitivamente su diagnóstico, deben considerarse ciertos factores que modifican los niveles reales de Hb y del hematocrito. Por ej. el incremento del volumen plasmático (como sucede en la hiperhidratación, la ICC o la gestación) determina una disminución de la concentración de Hb y del hematocrito, dando lugar a una pseudoanemia.

Por otro lado, la disminución del volumen plasmático (como ocurre en la deshidratación o hemorragia digestiva) eleva ambos parámetros, lo que puede enmascarar la existencia de una verdadera anemia. La mayor parte de signos y síntomas dependen de la velocidad con la que se establece dicha patología, y son  en líneas generales, las manifestaciones clínicas de un estado de hipoxia como consecuencia del descenso de la hemoglobina. Dado que el tejido nervioso es el más vulnerable a la hipoxia, se comprende que el paciente anémico refiera cefalea, mareos, visión borrosa, insomnio, disminución de la concentración o irritabilidad.

Asimismo, el aporte energético que precisa el músculo estriado para su contracción/relajación está estrechamente relacionado con la cantidad de oxígeno que recibe, por ello son síntomas habituales el cansancio y el dolor muscular. Cuando la anemia se ha instalado lentamente destacan más los síntomas derivados de la actuación de los mecanismos compensadores de la hipoxia anémica, como taquicardia y disnea.

Por otro lado, la disminución del pigmento hemático y la vasoconstricción cutánea, que actúa como mecanismo compensador de la hipoxia, origina el dato fundamental  de la exploración física: palidez mucocutánea (preferiblemente observable en conjuntivas o en lecho subungueal). Es posible la auscultación de un soplo sistólico de carácter funcional debido a la menor viscosidad sanguínea, el cual desaparece al corregirse la anemia.
En función de su mecanismo básico, se distinguen dos grandes grupos de anemia:

Anemia por defecto de eritropoyesis
Dentro de este grupo destacan las siguientes anemias:

  • Anemia ferropénica
Forma parte del grupo de anemias debidas a un defecto de diferenciación de las células precursoras de los eritrocitos. Este grupo se caracteriza porque se altera la hemoglobinosíntesis debido a déficit de hierro, defecto de la síntesis mitocondrial de protoporfirina IX o un trastorno de la síntesis de globina.
Su causa más frecuente es la pérdida de hierro por hemorragias pequeñas y repetidas, generalmente originadas en el tubo digestivo, déficit de absorción (celíacos, enfermedad inflamatoria intestinal) o embarazo (aumento de utilización).

La anemia ferropénica se caracteriza por ser microcítica (↓VCM) e hipocrómica (↓HCM y CCMH), pues los eritrocitos contienen menos hemoglobina. También se caracteriza por la coexistencia de glóbulos rojos de diferente tamaño ß(anisocitosis), hiposideremia (hierro bajo), el ↑ transferrina y de su receptor soluble y de la capacidad total del suero para fijar el hierro, así como el descenso de la ferritinemia.

El recuento de hematíes se sitúa en los límites normales al no hallarse alterada la proliferación de sus precursores y, además, porque las células progenitoras son capaces de responder al aumento de eritropoyetina que induce la hipoxia tisular.

  •  Anemia de procesos crónicos
Forma parte del grupos de anemias debidas a un defecto proliferativo de las células madre, el cual es consecuencia directa de una alteración del ADN, de una lesión celular por mecanismos inmunológicos o de la muerte celular por apoptosis, pudiendo tratarse de un trastorno congénito(como la anemia de Fanconi) o más habitualmente, adquirido.

El fallo en la proliferación de las células madre no sólo afecta a la eritropoyesis sino a la generación de todas las células sanguíneas, produciéndose una aplasia medular. En el caso de la anemia asociada a procesos crónicos, la célula progenitora eritropoyética es intrínsecamente normal, pero recibe un estímulo proliferativo insuficiente.

Se incluye aquí la anemia que acompaña a la insuficiencia renal crónica, debida fundamentalmente a una menor secreción de eritropoyetina por las células peritubulares del riñón. Sin embargo, por su frecuencia, el paradigma es la anemia que se observa en el contexto de procesos inflamatorios (como sucede en las infecciones o en las patologías autoinmunes) y tumores, de ahí que se tienda a denominarla, anemia inflamatoria.

En su génesis intervienen varios mecanismos: a) citocinas proinflamatorias, como TNFα y la IL-1, que inhiben la síntesis de eritropoyetina y, por tanto, la proliferación de células progenitoras de la eritropoyesis, b) distribución anormal de hierro, vinculada a la acción de un reactante de fase aguda de la inflamación, la hepcidina, c) acortamiento de la supervivencia media eritrocitaria debido a una intensificación de la fagocitosis de los hematíes en el sistema mononuclear fagocítico activado. La expresión biológica es la siguiente: es una anemia generalmente normocítica y normocrómica, presenta descenso de la sideremia (traduce el secuestro del hierro por parte de los fagocitos del sistema mononuclear) y aumento de la concentración sérica de ferritina (refleja tanto el secuestro del hierro como el aumento de su síntesis, al ser un reactante de fase aguda de la inflamación).

§  Anemia Megaloblástica

Pertenece al grupo de anemias causadas por un defecto proliferativo de las células precursoras de los eritrocitos. Teniendo en cuenta la estrecha relación existente entre la división de las células precursoras de eritrocitos, la duplicación de su contenido de ADN y el aporte de ácido fólico y vitamina B12, se entiende que las causas de defecto proliferativo de dichas células sean el déficit de vitamina B12 o de ácido fólico.

La anemia resultante se clasifica como megaloblástica porque los eritroblastos son de mayor tamaño como consecuencia de la reducción del número de mitosis. La causa más habitual del déficit de ácido fólico es su aporte insuficiente con la dieta, mientras que la deficiencia de vitamina B12 aparece cuando se altera su absorción intestinal, como ocurre en la denominada anemia perniciosa, en la cual existe un defecto de absorción de vitamina B12 por falta de secreción gástrica de factor intrínseco (como sucede en la gastritis atrófica crónica) y en la patología del íleon terminal.

La expresión biológica de este tipo de anemia es: es una anemia macrocítica y normocrómica (en sangre periférica se constata un importante descenso del número de hematíes debido, por una parte, al trastorno proliferativo de sus precursores y, por otra parte, a un incremento de la eritropoyesis ineficaz fisiológica.

Al igual que los megaloblastos, los eritrocitos maduros son grandes y tienen forma ovalada; esto condiciona un aumento del VCM y HCM, pero la CCMH es normal), aparecen datos biológicos de hemólisis ( que expresa la exaltación de la eritropoyesis ineficaz), posible descenso del número de granulocitos y plaquetas circulantes (sus precursores también tienden a sucumbir en la médula ósea), presencia de megaloblastos en el examen de médula ósea, disminución de los niveles en sangre de la vitamina B12 o del ácido fólico.

§  Síndromes Mielodisplásicos

Forma parte del grupo de anemias causadas por un defecto en la diferenciación de la célula madre o de las células progenitoras eritropoyéticas. Como consecuencia del defecto, se generan células precursoras de características morfológicas y funcionales anormales, muchas de las cuales mueren en la médula ósea antes de poder diferenciarse en los elementos formes maduros (un mecanismo relevante es la apoptosis).

Por ello un rasgo característico de este tipo trastorno es la intensificación de la eritropoyesis ineficaz, que se trata de un fenómeno que en condiciones fisiológicas tiene escasa trascendencia. En el síndrome mielodisplásico el defecto de la diferenciación se localiza en la célula madre y son ineficaces tanto la eritropoyesis como la leucopoyesis y la trombopoyesis.

Su expresión en sangre periférica es una pancitopenia. En las diferentes variedades de la rara anemia diseritropoyética congénita la alteración se localiza selectivamente en las células progenitoras determinadas para la eritropoyesis, y su consecuencia será sólo una anemia. En las dos situaciones citadas, las células precursoras están presentes en el examen de la médula, aunque muestras anomalías morfológicas.

Anemia por pérdida excesiva de hematíes

Puede estar ocasionada por una hemorragia aguda (anemia aguda posthemorrágica) o por eritrocateresis excesiva (anemia hemolítica). El aumento de la eritropoyetina, secundario a la hipoxia tisular que produce el descenso del número de hematíes circulantes, induce una respuesta medula compensadora que puede alcanzar hasta diez veces la actividad normal de la eritropoyesis, fenómeno que refleja en la sangre periférica por un incremento del número de reticulocitos circulantes. En este grupo la anemia que más destaca es la anemia hemolítica.

§  Anemia hemolítica

Cabe destacar que el acortamiento de la supervivencia de los hematíes no siempre se acompaña de anemia, porque se puede llegar a compensar la pérdida de eritrocitos a través de un incremento de la eritropoyesis. Por ello, en adelante, se utilizará preferentemente el término de hemólisis en vez de anemia hemolítica. Atendiendo a sus mecanismos básicos se distinguen dos tipos de hemólisis:

w  Corpuscular: existe un defecto intrínseco del hematíe que condiciona su destrucción precoz, casi siempre de origen congénito.
w  Extracorpuscular: el hematíe es intrínsecamente normal, pero se destruye como consecuencia de una alteración del medio que le rodea. La causa siempre es adquirida.

Considerando el lugar donde se produce la hemólisis se diferencian:

§  Hemólisis extravascular: la destrucción de los hematíes la realizan, fundamentalmente, los macrófagos del bazo. Un dato sugerente de esta modalidad de hemólisis es la constatación de un crecimiento de dicha víscera, que es debido a la hiperplasia que sufre el sistema mononuclear fagocítico esplénico al tener que ejercer mayor actividad fagocítica.
§  Hemólisis intravascular: los hematíes se destruyen en la circulación sanguínea.


Los datos biológicos que permiten reconocer la existencia de una hemólisis y orientar su origen son:

§  Hiperbilirrubinemia No Conjugada y Aumento de Urobilinógeno en la Orina: estas alteraciones son el resultado de la degradación de la Hb liberada en exceso en el sistema mononuclear fagocítico. Son por tanto, datos de hemólisis extravascular.

§  Disminución o Ausencia de Haptoglobina Sérica: la haptoglobina es una proteína plasmática que se une a la Hb liberada al destruirse lo hematíes en el torrente circulatorio, y el descenso de su concentración se explica porque el complejo haptoglobina-Hb es aclarado por el sistema mononuclear fagocítico.

Si una vez consumida la haptoglobina aún persiste Hb libre en la sangre, como ocurre en la hemólisis intravascular intensa, el plasma adquiere una coloración rojiza o marrón. La Hb libre puede excretarse por la orina (hemoglobinuria), a la que confiere un aspecto rojizo oscuro.

Parte de la Hb filtrada en el glomérulo es reabsorbida en las células tubulares, donde el hierro se deposita en forma de hemosiderina y, al descamarse dichas células, puede detectarse en la orina (hemosiderinuria).

Cuando la hemólisis es masiva, la Hb libre en la luz de los túbulos puede llegar a ser causa de necrosis tubular aguda e insuficiencia renal aguda. Todos los datos incluidos en este apartado son propios de la hemólisis intravascular.

§  Incremento de Lacticodeshidrogenasa Sérica: esta enzima se vierte a la sangre desde los hematíes destruidos.

§  Aumento del Índice Reticulocitario (mayor o igual a 3): es una muestra del incremento compensador de la eritropoyesis.

La prueba/test de Coombs demuestra la presencia de anticuerpos dirigidos contra los hematíes, puede ser:

- directa, los hematíes del paciente se incuban con suero anti-inmunoglobulina, lo que provoca la aglutinación eritrocitaria si los anticuerpos contra los hematíes están depositados en su membrana (Estos supone la presencia de una serie de antígenos presentes en la superficie de los hematíes, responsables de la hemólisis de origen autoinmune).
- indirecta, el suero del enfermo se incuba con hematíes de un individuo sano control, y si en dicho suero hay anticuerpos libres capaces de fijarse a antígenos (son aquellos que determinan la destrucción de los hematíes, hemólisis de origen congénito) de los hematíes se producirá su aglutinación al añadir al suero anti-inmunoglobulina. Otras pruebas que se pueden realizar son la electroforésis de la hemoglobina y la extensión de sangre periférica.


4. Poliglobulias o Policitemias

Este término, en el ámbito médico es sinónimo de eritrocitosis, es decir, un aumento del número de hematíes circulantes. En rigor el dato definitivo que identifica una policitemia es el aumento de la masa globular eritrocitaria (≥36 ml/kg en el varón y ≥32 ml/kg en la mujer).

Se acompaña de un incremento de la volemia. Sin embargo, por tratarse de un estudio complejo, en la práctica se recurre habitualmente a una determinación equivalente y mucho más sencilla: el valor hematocrito, y así se diagnostica policitemia cuando el hematocrito se haya > 55% en el varón y > 50% en la mujer.

Hay que tener en cuenta que las variaciones del hematocrito no reflejan necesariamente las de la masa globular eritrocitaria, ya que, como se ha indicado antes, el descenso del volumen plasmático determina un incremento del hematocrito sin modificación de masa eritrocitaria.
En contraste con la policitemia genuina, esta situación se denomina pseudopolicitemia y se observa cuando se contrae el espacio extracelular. Los mecanismos de la policitemia son:
  • Aumento de la secreción de eritropoyetina
Lo habitual es que se deba al estímulo fisiológico de la hipoxia tisular. En la práctica, la policitemia es más frecuente en la hipoxia hipoxémica crónica. Asimismo, cuando la Hb tiene una alta afinidad por el oxígeno, como en determinadas hemoglobinopatías, este se libera menos a los tejidos, produciéndose una hipoxia tisular que estimula la secreción de eritropoyetina. En ocasiones, la producción excesiva de eritropoyetina es autónoma, como el caso de los tumores renales, hepáticos o cerebelosos.
  • Proliferación monoclonal de la célula madre
Es la causa de la denominada policitemia vera, un trastorno neoplásico entre los síndromes mieloproliferativos. Como prolifera la célula madre, además de los glóbulos rojos también aumentan los granulocitos y las plaquetas. Al ser autónoma, la eritropoyesis excesiva no sólo no depende de la eritropoyetina, sino que el incremento del número de hematíes circulantes frena la secreción de dicha hormona, reduciéndose sus niveles circulantes.
Las manifestaciones clínicas asociadas a esta patología son: piel y mucosas de color rojizo (eritrosis), con un tinte violáceo por coexistir con cianosis.

Sin embargo, la consecuencia más relevante de la policitemia es hiperviscosidad sanguínea, es decir, un mayor roce entre las células sanguíneas y moléculas del plasma. Esta hiperviscosidad produce un enlentecimiento circulatorio que conlleva hipoxia isquémica (y con ella, las manifestaciones ya mencionadas) y, además, es un factor de riesgo para el desarrollo de trombosis.

Tanto el aumento de la resistencia periférica al flujo sanguíneo, determinado por la hiperviscosidad, como la hipervolemia vinculada al incremento de glóbulos rojos, son factores que pueden propiciar un insuficiencia cardiaca al aumentar, respectivamente, la postcarga y la precarga.