Respuesta humoral



Factores que influyen en la reacción antígeno anticuerpo
Los factores que condicionan la reacción antígeno anticuerpo dependen en gran medida de la propia naturaleza de las moléculas que intervienen en la  reacción.
Estos factores son:
1.- Los puentes  hidrógeno. Estas uniones se forman entre los átomos de hidrógeno , cargados positiva mente, y los átomos elecronegativos  del oxigeno y el  nitrógeno.
2.- Las fuerzas electrostáticas entre los grupos carboxilo (COO) con carga negativa y los grupos amino NH2, cargados positivamente.
3.- Las  interacciones hidrófobas inducidas entre grupos no polares, como los ácidos aromáticos.
4. Las fuerzas de Van der Waals, debidas a los movimientos de los electrones de moléculas vecinas.
5.- Inducción estructural.  El modo en que  el anticuerpo se ajusta  al antígeno, es similar a cómo lo hace la llave a la cerradura. Pero esta idea no explica completamente la unión Ag/Ac. Existe además lo que se denomina  inducción conformacional. El anticuerpo no tiene un papel pasivo como la llave en la cerradura, sino que se produce una adaptación del entrono del  anticuerpo al antígeno en la zona de unión.

Todas estas fuerzas son de  baja energía, pero suficiente para mantener la unión entre las dos moléculas. La propia naturaleza de las moléculas Ag/Ac facilita la unión. Cuando una molécula de anticuerpo de modifica por acetilación, el anticuerpo pierde su capacidad aglutinante. Cuando se modifica selectivamente un aminoácido, como la tirosina, se produce un inactivación de la capacidad del anticuerpo para unirse al antígeno.

La unión entre un antígeno y un anticuerpo depende en gran medida de dos propiedades que posee el anticuerpo y que son la afinidad y la avidez.

Afinidad y avidez

La afinidad de un anticuerpo se refiere a la energía de enlace potencial contenida en cada uno de los sitios de combinación del anticuerpo. En ella participan todas las posibles interacciones con el antígeno que  están determinadas por el número y el tipo de grupos químicos reactivos presentes en el sitio de combinación.

La afinidad es la energía de enlace contenida en cada uno de los lugares de unión del anticuerpo, fragmento (Fab)2. Una IgG tendrá dos sitios de unión y una IgM tendrá 10. En este sentido las inmunoglobulinas son multivalentes.

La avidez se refiere más bien al grado de interacción entre un anticuerpo y su antígeno homólogo. Por ejemplo, pudiera darse el caso de que un anticuerpo de la clase IgG y uno de la clase IgM tuvieran la misma afinidad por un antígeno (igual energía de enlace), sin embargo, por razones relacionadas con su estructura, la avidez de ambos anticuerpos es obligadamente diferente. Los anticuerpos IgM tienen una estructura polimérica y, por tanto, un mayor número de sitios de combinación (diez, para ser exactos, aunque funcionan como anticuerpos pentavalentes). Esto hace que los anticuerpos de la clase IgM tengan mayor avidez que los anticuerpos de la clase IgG, aun cuando ambos estén dirigidos contra el mismo determinante antigénico.
La avidez es la fuerza global  de unión  de todos los sitios ocupados en la combinación  antígeno/anticuerpo. A igualdad de afinidad, la IgM tendrá mas avidez que la IgG (10 sitios de unión frente a 2)

La reacción antígeno anticuerpo se caracteriza, también, por dos factores  fundamentales, que son especificidad y reversibilidad.
- La especificidad significa que un antígeno solamente es reconocido por un anticuerpo especifico y los anticuerpos solamente reconocen a los antígenos que han determinado su síntesis.
- La reversibilidad. El complejo antígeno/anticuerpo se forma por una unión no  covalente, reversible por el calor  o por el pH ácido.
La reacción antígeno/anticuerpo, responde a la siguiente formula
            Ag + Ac <----->Ag-Ac + calor
La afinidad de un anticuerpo  frente a  su antígeno se puede cuantificar por la constante  de asociación intrínseca o constante de afinidad según la ley de acción de masas.
                                                
 Los valores muy elevados  de anticuerpos  afines colocan a la reacción antígeno/anticuerpo entre los métodos mas sensibles  para la medida de antígenos o de anticuerpos.

Reacciones inmunológicas
Los métodos inmunológicos se pueden clasificar en función del tipo de reacción que midan.
            - Reacciones primarias. La reacción antígeno/anticuerpo se puede ver directamente, tal es el caso de la aglutinación, precipitación  o la fijación de complemento.
            - Reacción secundaria. La reacción no es visible a simple vista , son necesarios aparatos sofisticados y reactivos marcados, radioelementos, R.I.A. (Radioimmunoassay), enzimas,  Enzimoinmunoanálisis, E.I.A. o un fluorocromo e inmunofluorescencia.
            Reacción terciaria. Son las reacciones que se realizan  “in vivo”. El resultado de la reacción depende de la reactividad del propio sujeto.

Reacción de precipitación
Un complejo antígeno/anticuerpo no se hace insoluble, sino después de la formación de una red tridimensional  de moléculas  de antígeno unidas al anticuerpo, según la teoría de la red  de Marrack.
Esta reacción precisa  de los siguientes elementos:
            - Un antígeno trivalente, cuando menos, para que se  puedan puentear
numerosas moléculas de antígeno por los anticuerpos.
            - Un anticuerpo bivalente
            - Condiciones físicas favorables a la reacción de precipitación  tales como anticuerpos poco glicosilados. Las IgG contiene un 3% de glúcidos siendo  bastante precipitantes. Las IgM contiene un 10% de glúcidos y son menos precipitantes.

Precipitación en medio liquido
Curva de precipitación
El método clásico  de Heidelberger y Kendall no es muy utilizado pero resulta útil para explicar la reacción, ya que muestra la aparición y la desaparición del precipitado en función de las concentraciones relativas de antígeno y de anticuerpo.
En una serie de tubos ponemos cantidades constantes de una solución de anticuerpo. Añadimos cantidades crecientes de antígeno en un volumen igual de anticuerpo.
En un primer momento de la reacción, con exceso de    anticuerpo, la precipitación solamente aparece cuando existe  la concentración necesaria para que se forme la red tridimensional de gran talla.   En los tubos intermedios la precipitación es máxima y correspondería a una relación ideal antígeno/anticuerpo, en la proporción de una molécula de  anticuerpo por dos moléculas de antígeno.

En los últimos tubos,  el precipitado desaparece por un exceso de antígeno. Los anticuerpos relativamente poco numerosos, con relación a los antígenos , no forman complejos trimoleculares, Ag2Ac, con las moléculas  de antígeno libre, insuficientes para un complejo tridimensional de gran talla.

Nefelometría
La nefelometría es una de las aplicaciones de la precipitación en medio líquido. El nefelómetro  utiliza una luz intensa monocroma que resulta difractada por  los inmunocomplejos de la reacción antígeno/anticuerpo. La medida de  inmunocomplejos antígenos/anticuerpos resulta fácil y reproducible gracias,  a  una curva estándar. La aplicación  de estos métodos requiere la utilización de reactivos en concentración por  encima del mg/litro. Las inmunoglobulinas IgG, IgA, IgM, IgE, los factores del complemento C3, C4, C5, FB, C1q, el factor reumatoide y otros factores de la inflamación pueden  ser cuantificados por este procedimiento.

Precipitación en  medio sólido
La utilización en medio sólido, agarosa,  en el que los dos elementos de la reacción antígeno y anticuerpo, pueden difundir, o donde uno solo difunde y el otro está incluidos en el agar, permite visualizar la reacción antígeno anticuerpo  por el arco de precipitación que se forma.

Inmunodifusión doble de Ouchterlony
Antígeno y anticuerpos (inmunosuero)  se colocan en el agar  en sendos pocillos, enfrentados. Después de la difusión, entre un día y una semana, se analizan los arcos de precipitación que se han formado. Cada arco indica un sistema antígeno/anticuerpo diferente.
Si la reacción se realiza en tres pocillos, es posible establecer una relación de identidad. Si se desea conocer  la especificidad de un anticuerpo precipitante de un suero a estudiar, es suficiente colocar al lado  un suero de referencia frente a la solución del antígeno. En este sistema se pueden dar  tres tipos de reacciones:
            - Reacción de identidad.  El arco de precipitación  de un suero a estudiar y el del suero de referencia  forman un arco redondeado. Los anticuerpos tiene las misma especificidad, es decir, reconocen el mismo antígeno.
            - Reacción de identidad parcial. Los dos arcos de precipitado forman un saliente (espuela), arco suplementario que se prolonga en uno de los dos sueros. Este tipo de imagen se observa únicamente con antígenos que contiene epítopos comunes y epítopos diferentes , por ejemplo IgM kappa e IgA kappa.
             - Reacción de no identidad. Los dos arcos se cruzan el uno sobre el otro.
Este procedimiento resulta muy útil  para la identificación  de anticuerpos contra proteínas de núcleo celular y otros autoanticuerpos.

Inmunodifusión radial de Mancini y electroinmunodifusión
Uno de los dos reactivos esta incluido en el agar. El otro elemento de la reacción se deposita en un pocillo. Su difusión en el agar “contra” el antisuero incluido en el agar da un halo de precipitación. En esta técnica la difusión es espontánea y radial. La cantidad de antígeno o anticuerpo medido es directamente proporcional  a la superficie limitada por el precipitado, o al producto de la largura de los dos ejes perpendiculares.
En la electroinmunodifusión , el reactivo a medir, antígeno o anticuerpo, migra bajo la acción de una corriente eléctrica. Al termino de la migración se produce una precipitación en forma de huso (rocket). La cantidad de elemento es proporcional a la longitud del huso. Este método es mas sensible que el anterior, pero consume mas reactivo.

Inmunmoelectroforesis
Este método,  muy utilizado anteriormente, tiende a ser sustituido por la inmunofijación, para diferenciar las inmunoglobulinas monoclonales. Por la dificultad para determinar el tipo de la cadena  ligera, de una macroglobulinemia IgM tapada por la IgG.
La inmunoelectroforesis de Grabar y Williams se hace en dos tiempos:
            - En un pocillo hecho en el agar se deposita una gota del suero a estudiar, orina concentrada, e incluso L.C.R. La muestra se hace correr en un campo eléctrico para separar las cinco bandas típicas de proteínas , albúmina, la fracción alfa-1, la fracción alfa-2, la fracción beta y la fracción gamma (en el caso del suero)
            - En un segundo tiempo en un canalículo paralelo al sentido de la migración  se coloca un suero contra proteínas humanas totales, en otro un anticuerpo  contra cadena ligera kappa, en otro anticuerpo contra cadena ligera lambda, en otro antisuero contra cadena gamma, IgG,  en otro antisuero contra cadena alfa, IgA, y en otro antisuero contra cadena µ, todo en la misma placa. Estos  antisueros se dejan difundir, con lo que aparecerán los distintos arcos de precipitación correspondientes a cada una de las proteínas del suero.
La inmunoelectroforesis es un método cualitativo moderadamente sensible  que permite visualizar una treintena de proteínas séricas. Una inmunoglobulina monoclonal se caracteriza por la modificación  del arco de precipitación con doble curvatura con un arco mas espeso, mas incurvado y muy próximo al canal del antisuero ( inmunosuero).

Inmunofijación
Este método no es verdaderamente una inmunoprecipitación. En un primer tiempo los constituyentes del suero a estudiar, son separados en agar como en la inmunoelectroforesis. En un segundo tiempo, inmunosueros específicos son aplicados a cada una de las calles de la placa. Después de un lavado se tiñen las bandas. Esta técnica es mas sensible mas especifica y mas rápida que la inmunoelectroforesis, y permite identificar  cadenas  ligeras de una cadena IgM monoclonal.

Reacción de aglutinación
En la reacción de aglutinación la interacción antígeno anticuerpo necesita la presencia de partículas, células, bacterias, partículas de látex, particular de poliestireno, cristales de colesterol etc, como soporte. La reacción de aglutinación es visible a simple vista. Los anticuerpos del tipo IgM  con 10 sitios anticuerpo potenciales y sobre todo su tamaño grande son excelentes aglutinógenos, mientras que las inmunoglobulinas del tipo IgG  son peores aglutinógenos.
Existen tres tipos de reacciones de aglutinación:
-          Aglutinación directa. 
El antígeno es un constituyente de la membrana de la partícula y los anticuerpos en general son de clase IgM. La puesta en contacto de al partícula y el aglutinógeno , produce la reacción de aglutinación.
La reacción de aglutinación se emplea para determinar los grupos sanguíneos ABO, las aglutinaciones frías, la reacción de Paul-Bunnel   Davidshon, empleando hematíes de carnero  y la reacción de Widal para la investigación de anticuerpos contra Salmonella typhi y S. paratyphi A, B y C. En el caso de la infección por Salmonella, se pueden identificar anticuerpos contra antígenos somáticas “O” y antígenos flagelares “H”.

Aglutinación indirecta o pasiva
El antígeno se fija espontáneamente o artificialmente por procedimientos químicos a un soporte físico, partículas  de látex, glóbulos rojos formolados, cristales de colesterol, y los anticuerpos correspondientes  aglutinan sobre el soporte.
Esta técnica se emplea en la investigación del factor reumatoide o en la identificación de anticuerpos  del tipo IgM  contra IgG, modificados  en la fijación  con sus antígenos o agregados. En la reacción de Waaler- Rose, se fijan IgG de conejo  sobre glóbulos rojos de carnero. En la reacción de látex lo que se fijan son IgG humanas  agregadas por el calor. Otras pruebas detectan anticuerpos contra microsomas de tiroides y contra tiroglobulina, fijando los antígenos sobre hematíes. Para el diagnostico de la sífilis se emplea la  reacción de VDRL (Venerean Deseases Recherche Laboratory), que emplea cristales de colesterol recubiertos de cardiolipina.

Aglutinación artificial
Los anticuerpos del tipo IgG no suele ser aglutinantes, por lo que un artificio tiene que ser introducido para disminuir la constante dieléctrica del medio ( medio albuminoso), para disminuir la carga eléctrica  de las células  (tratadas por los enzimas) o para aumentar la fuerza del anticuerpo por un segundo anticuerpo (Prueba de la antiglobulina o prueba de Coombs).
La aglutinación artificial tiene aplicaciones en el tipaje del factor Rh, que se determina con un  anticuerpo anti-D en medio albuminoso.

Diagnostico de anemias  hemolíticas autoinmunes, empleando el test de Coombs directo, investigando la fijación antes de la extracción en el paciente de anticuerpos no aglutinantes del tipo IgG, mas raramente del tipo IgA o de complemento en la superficie de los hematíes del enfermo. Después de la extracción y el lavado de los hematites del paciente es suficiente añadir una  antiglobulina polivalente o específica anti-IgG o contra complemento, para revelar las globulinas fijadas sobre los hematíes.

Investigación de incompatibilidad materno-fetal
A lo largo del embarazo o en el momento del parto, se pueden encontrar anticuerpos contra hematíes del recién nacido empleando una prueba de Coombs indirecto. En la reacción se ponen en contacto suero de la madre contra un panel de hematíes. En el recién nacido  los anticuerpos maternos ya fijados en  los hematíes, se ponen en evidencia por un test de Coombs directo.

Prueba de la inhibición de la hemaglutinación
Esta técnica se emplea en la investigación de anticuerpos contra el virus de la rubéola.
La hemaglutinina de  virus, tiene la capacidad de aglutinar hematíes de diversas especies. El suero de una persona sospechosa de haber sido infectada con el virus de la rubéola se  pone el contacto con la hemaglutinina viral. Después de un periodo de  incubación, se añaden hematíes. Si la persona tiene anticuerpos, se fijarán a la hemaglutinina e inhibirán la hemoaglutinación, es decir la unión de la hemoaglutinina viral a los hematíes.

Reacciones que utilizan el complemento
La reacción de fijación del complemento permite detectar   cualquier reacción  antigeno/anticuerpo que fije el complemento, tal es el caso de  los anticuerpos del tipo IgM, IgG3 e IgG1. Se trata de una reacción larga y difícil de realizar , en la que intervienen muchos factores, y en estos momentos se empela únicamente para detectar anticuerpos contra virus.
La reacción se realiza en dos tiempos.
            - En un primer tiempo el suero a estudiar se descomplementa, calentándolo a  56ºC durante 30 minutos. Seguidamente se pone en contacto con  el antígeno  y con una cantidad conocida  de complemento de cobayo (3 unidades).
            - En un segundo tiempo se añade un sistema de revelado. Este segundo sistema inmune esta formado por hematíes de  conejo sensibilizados con anticuerpos, del tipo IgG hemolizantes contra hematíes de conejo, (anticuerpos fijados al hematíe que no los lisarán hasta que se una el complemento)
Si los glóbulos rojos de carnero no se hemolizan,  el complemento ha sido utilizado en la primera parte de al reacción  y la fijación de complemento es positiva.
Si la primera reacción no ha sido positiva, las 3 unidades  del complemento quedan libres y  lisan los hematíes de carnero sensibilizados, con lo que la reacción se da como negativa.

Inmunofluorescencia directa
Los antígenos tisulares pueden señalarse empleando anticuerpos marcados con fluoresceína. Los anticuerpos marcados se pueden aplicar directamente sobre cortes de tejidos o biopsias. Después de lavar el tejido , el corte se observa en un microscopio de fluorescencia, lo que  permite observar inmunocomplejos  de inmunoglobulinas o de complemento.  Empleando reactivos específicos se pueden caracterizar diferentes constituyentes del tejido u observar una reacción  inmunológica ocurrida “in vivo” por deposito de inmunoglobulinas o complemento.
Esta técnica es extraordinariamente útil en Inmunología.

Inmunofluorescencia indirecta
Esta técnica se emplea para detectar anticuerpos solubles en suero. La reacción se produce sobre un sustrato especifico, generalmente un corte de tejido o una suspensión celular fijada sobre un porta.
Esta es una técnica muy empleada para detectar autoanticuerpos en procesos autoinmunes.
La técnica se realiza en dos tiempos: primero se añade el suero que contiene los anticuerpos a investigar, se deja incubar, se lava y, seguidamente, se añade un segundo anticuerpo marcado con isocianato de fluoresceína. La reacción se visualiza examinado los agregados antígeno/anticuerpo con un microscopio de fluorescencia.

Métodos inmunoenzimáticos
La idea es la misma que en el caso de los métodos radiométricos, pero con la diferencia de que el trazador radiactivo se sustituye por un marcador enzimático, peroxidasa, fosfatasa alcalina, u otros. Inicialmente la reacción antigeno/anticuerpo se marca con un anticuerpo contra inmunoglobulinas humanas que a  su vez está unido a una enzima. Después de un lavado, se añade el sustrato específico para la enzima. La enzima hidrolizará el sustrato,  lo que genera una reacción coloreada. El color producido se mide en un espectrofotómetro, a una longitud de onda determinada.
De la misma manera que en los sistemas radiométricos, la reacción  se realiza sobre una fase sólida en la que se fija en exceso un anfígeno o  un anticuerpo.
El método mas empleado es el denominado E.L.I.S.A. (Enzyme Linked Immunosorbent).


Cuantificación de antígenos
Anticuerpos en  exceso y no marcados se fijan a la fase sólida. Seguidamente se añade el suero a investigar, a la vez que se hace una curva de calibración. Después de un lavado se añade un segundo anticuerpo, unido a una enzima, que reconoce un epítopo del antígeno. Después de un segundo lavado se añade el sustrato específico para la enzima. La reacción coloreada se mide en un espectrofotómetro. La cantidad de color es proporcional a la concentración de antígeno presente  en la muestra.

Cuantificación de anticuerpos
El sistema es idéntico al sistema radiométrico, con empleo sucesivo de un antígeno en exceso, no marcado y fijado a una fase sólida. Una vez añadido el suero problema, se incuba y, posteriormente se añade un segundo anticuerpo, contra el anticuerpo, marcado con una enzima. Una reacción coloreada indicará la cantidad de anticuerpo fijado.

Inmunoblot
Es un método de Biología Molecular que se viene utilizando desde 1981. Presenta la ventaja de que permite identificar estructuras antigénicas en función de su peso molecular.
La técnica comporta 3 etapas.
            - Migración electroforética de  una mezcla antigénica en un gel de poliacrilamida. A la solución de proteínas se le añade SDS, para acidificar las proteínas  y hacerlas electronegativas, y 2-mercaptoetanol para disociar las puentes disulfuro. Después de la electroforesis las proteínas se han separado en función de su peso molecular, con una migración inversamente proporcional a su diámetro y  a la raíz cuadrada de su  peso molecular.
            - Transferencia del gel de poliacrilamida sobre una hoja de papel de nitrocelulosa. Esta operación se puede hacer de forma artesanal o  empleando un aparato  de electrotransferencia.
-          Fijación y revelado de los anticuerpos correspondientes sobre la banda de nitrocelulosa. La muestra en la que se quieren identificar los anticuerpos específicos se añade sobre el papel de nitrocelulosa. Los anticuerpos, si están presentes, se unirán a los diferentes antígenos  de la tira, según su especificidad.  Después de un lavado los anticuerpos  fijados son revelados por una antiglobulina marcada con una enzima.

Este método, es extraordinariamente útil para confirmar la presencia de anticuerpos contra el VIH y otras infecciones.
El Inmunoblot es una técnica muy sensible y muy específica.

Criterios de valoración de una técnica
El valor de una técnica está condiciono por cuatro valores:
            - Sensibilidad. Frecuencia de una prueba positiva en una infección
            - Especificidad. Frecuencia de una prueba negativa en personas sanas, para un determinado antígeno.
            - Valor predicativo positivo. Frecuencia de la enfermedad entre las pruebas positivas. Este valor depende de la prevalencia de la enfermedad en la población  estudiada por comparación con las poblaciones vecinas.
            - Valor predicativo negativo. Ausencia de  la enfermedad entre las pruebas negativas.

Pruebas “in  vivo”
Pruebas cutáneas.
            - Pruebas epicutáneas. El antígeno  se aplica directamente sobre la piel en un parche impregnado con el antígeno o el alergeno. La prueba tiene buena sensibilidad y especificidad.
La lectura se efectúa a las 48-72 horas, sencillamente quitando el parche. Un resultado positivo se traduce en la aparición de un eritema y  una induración. Esta prueba se utiliza para  estudia las reacciones de hipersensibilidad retardada y para detectar alergenos responsables de las dermatitis de contacto.

- Pruebas intraepidérmicas. El antígeno se introduce en la piel  utilizando una lanceta. El antígeno penetra en la epidermis. Esta prueba es muy sencilla, no traumática, pero requiere una cierta experiencia. La lectura se realiza a los 15 minutos y a las 6 horas, en los casos de hipersensibilidad inmediata. Esta prueba es muy utilizada en alergia, empleando alergenos, de gramíneas, polvo domestico, proteínas animales, productos industriales y medicamentos.

- Pruebas intradérmicas. El antígeno se introduce en la epidermis con una jeringuilla, provocando una pequeña burbuja sobre al piel. La prueba es sencilla de hacer aunque requiere algo de práctica, pero es peligrosa, ya que puede provocar shock anafiláctico. La prueba hay que hacerla con la precaución de tener adrenalina a mano.

- Pruebas de provocación. Pueden ser nasales o bronquiales. Gracias a un aparato que mide el aire inspirado por la nariz, se mide la obstrucción de la nariz antes y después de inhalar el alergeno.

- Estudio de lavado bronquioalveolar. El estudio del líquido alveolar permite conocer     las poblaciones celulares y los productos de secreción del liquido aspirado.

Estudio de la respuesta humoral
Estas pruebas se basan en métodos que están contrastados y homologados por estándares internacionales. La respuesta humoral se puede estudiar realizando una serie de pruebas que se pueden agrupar en cinco grupos:
            - Inmunoglobulinas y proteínas inflamatorias. La cuantificación de las inmunoglobulinas puede orientar en una inmunodeficiencia y en una proliferación con  producción de componentes monoclonales, consecuencia de una linfoproliferación de plasmocitos B. Un proceso infeccioso se traduce en un aumento de las proteínas de la inflamación y de una hipergammaglobulinemia.
La sistemática de laboratorio sería la siguiente:
            - Electroforesis de proteínas en suero o en orina. La electroforesis puede revelar una hipergammaglobulinemia o proteínas monoclonales en la región de las gamma y en la zona beta y mas raramente en la zona alfa. Este procedimiento detecta proteína cuando están a una concentración > a 4g/l.
            - Inmunoelectroforesis, o inmunofijación. Se pueden aplicar a suero, orina y L.C.R.. Una deficiencia de IgG, IgA e IgM puede ser evidenciada  cualitativamente. Una proteína monoclonal puede tener su variación en cadena ligera y  cadena pesada. Se puede detectar una cadena ligera libre. 
             
            - Cuantificación  de proteínas séricas, en orina, suero o  L.C.R. La nefelometría es un método simple automatizable y de una gran precisión. La inmunodifusión radial es menos empleada que la  nefelometría. Resulta también interesante cuantificar las subclase de inmunoglobulinas, para poder detectar una posible deficiencia de IgG2.
El estudio del L.C.R., permite establecer el  cociente IgG/albúmina y hacer la exclusión de una IgG sintetizada por los  linfocitos cerebrales (detección de bandas oligoclonales). En estos casos es necesario el estudio  del LCR, junto con suero  del mismo paciente. Si la banda oligoclonal se encuentra en el suero y en el LCR, es de origen hemático, pero si la banda aparece en el LCR y no en el suero es de origen intratecal y ha sido sintetizada por los linfocitos del LCR. Este estudio es particularmente importante en el diagnostico  de la esclerosis en placas y en algunas encefalitis desmielinizantes.

En el caso de que se sospeche un proceso alérgico, habría que cuantificar la IgE total y la IgE especifica frente al alergeno que se sospeche como responsable de dicho proceso alérgico, si bien el valor clínico en algún  caso puede ser limitado. Esta prueba estaría indicada cuando las pruebas cutáneas están contraindicados o son de poca utilidad, en casos de reactividad cutánea anormal,  dermatitis severa en los niños, tratamientos antihistamínicos , o riesgo de reacciones severas.

La investigación de anticuerpos precipitantes es de gran utilidad en la alveolitis alérgica. Estos anticuerpos se pueden detectar por métodos sencillos como la inmunodifusión  de Ouchterlony o por métodos mas costosos E.L.I.S.A  o R.I.A. Los antígenos a investigar dependen de la  historia clínica del paciente, (Micropolyspora faeni en el caso del pulmón de granjero, albúmina aviar en el caso de sospecha  de pulmón del cuidador de aves, Candida albicans en caso de candidiasis, Aspergillus fumigatus en caso de aspergilosis.)

El complemento
La actividad del complemento se puede medir tanto en la vía clásica como en la vía alterna. Investigando CH-50 tenemos una idea de la actividad lítica. Esta técnica proporciona una idea bastante precisa de la actividad lítica total del complemento. La  valoración de la técnica se realiza  estableciendo  la dilución del suero (que contiene el complemento) que es capaz de lisar el 50% de hematíes recubiertos con anticuerpos contra hematíe, (estos anticuerpos contra hematíe se denominan hemolisinas) También es posible cuantificar algunos de los componentes principales del complemento, como C3, C4, C5, FB, por nefelometría.

Separación por citometría de flujo
Estos sistemas funcionan generando un flujo al que se aplican ultrasonidos,  con lo que las células se cargan  eléctricamente en  su membrana, lo que permite que las células, al pasar por un campo eléctrico, sean desviadas en función de su carga positiva o negativa.
Las condiciones de selección celular pueden ser no inmunológicas en función del tamaño, la complejidad , el volumen y la refringencia de la célula. Los parámetros inmunológicos se pueden condicionar  empleando anticuerpos fluorescentes o bolitas magnéticas. La decisión de selección  se puede establecer de manera multiparamétrica, para elegir células vivas que lleven  un determinado antígeno.

Citotoxicidad por anticuerpos

Aplicaciones la separación celular
Utilización de los gradientes de densidad.
Los gradientes de Ficoll o de  Percoll, constituyen el primer procedimiento para la obtención de células mononucleadas de la sangre o de la médula. Esta separación permite realizar los siguientes exámenes celulares:
a.- Fenotipado de leucocitos, para estudiar subpoblaciones, hemopatías malignas, leucemias, linfomas, o para explorar un déficit inmunológico
b.- Tipaje HLA
c.- Cultivo mixto de linfocitos.
d.- Estudio de poblaciones  citotóxicas NK, y K de ADCC.
e.- Cultivo de células medulares, para eliminar células T y monocitos.

Destrucción de células por citotoxicidad
Este procedimiento se puede emplear para eliminar de sangre periférica leucocitos   que expresen antígenos HLA-DR. Después de un aislamiento en Ficoll, las células aisladas son incubadas con un monoclonal contra HLA-DR, fijador  de complemento. Las células se incuban con complemento de conejo, lo que produce la lisis de las células que hayan fijado el anticuerpo. Las células intactas son lavadas y recuperadas en un gradiente de Ficoll. Esta técnica  se puede emplear para aislar y purificar células T, eliminado los monocitos y las células B que expresan HLA-DR.

Exploración de la respuesta inmunológica celular
La enumeración de los diferentes componentes celulares se puede hacer en sangre y en otros líquidos biológicos, como L.C.R., liquido sinovial, lavado broncoalveolar. En el momento actual estas mediciones se hacen por métodos muy precisos, citometría de flujo o contadores automáticos, pudiéndose obtener valores   absolutos o relativos.
Algunas pruebas celulares son difíciles de realizar y de interpretar. No existen estándares universalmente admitidos entre unos laboratorios y otros, lo que obliga a una estrecha colaboración entre el clínico y el inmunólogo.

Ensayos para evaluar la  función de los linfocitos

Exploración funcional de los linfocitos
Los ensayos diseñados para medir las respuestas de células de B contra el  antígeno o el estímulo mitogénico, a veces son usados, clínicamente, para evaluar la respuesta humoral. Estos ensayos nos ayudan a entender los mecanismos reguladores y moleculares asociados a la activación de la célula B. También los ensayos para medir la función de las células   T son usados tanto clínicamente como experimentalmente , desde el punto de vista  proliferativo, efector y los perfiles de citocinas.

Los ensayos para evaluar la función de los linfocitos generalmente aportan datos sobre cómo estas células responden a los mitógenos, a los antígenos, cómo producen citocinas. y si producen anticuerpos.  Considerando la heterogeneidad   de las células, T  los ensayos para estudiar la funcionalidad de estas células pueden ser utilizados para analizar  subpoblaciones funcionales. Esto es en particularmente útil en la evaluación clínica de pacientes en los que se sospecha  una  inmunodeficiencia. El  estudio de las células  T cooperadoras suele ser el que se hace con mas frecuencia.

La cooperación   de células  T con las células  B permite comprobar la capacidad de células  T para ayudar  a inducir respuestas de anticuerpos. Este ensayo mide, de manera cuantitativa, el nivel de anticuerpo producido. Asimismo, es posible  saber si las células de T han sido activadas por los macrófagos. Los parámetros estudiados  proporcionarían datos funcionales asociados con estas células fagocitarias. Es importante notar que muchos de los ensayos que valoran  la función de las células   T   también  pueden aportar datos sobre las  citocinas producidas por estas mismas células.



Ensayos de proliferación de linfocitos T y B

La estimulación de los linfocitos por los mitógenos provoca en estas células la activación de rutas metabólicas   que conducen a la expresión génica, la síntesis de proteínas, la proliferación de célula, y su diferenciación. Las respuestas proliferativas  generadas en respuesta a los  mitógenos son de naturaleza policlonal. Además, los mitógenos activan  con criterio selectivo  a los linfocitos  B o a los  T. Por lo tanto, a diferencia de los immunógenos que activan sólo las poblaciones de linfocitos que llevan el receptor apropiado, existen sustancias que son  activadores de células  B o de células de T, independientemente de su especificidad antigénica.

Los mitógenos que de manera selectiva activan las células de B, como los lipopolisacáridos (LPS) (el componente de la pared celulares de las  bacterias Gram negativas), producen un   estímulo policlonal en    células de B en ratones. La magnitud de la  proliferación celular en respuesta al estímulo mitogénico puede ser medida   añadiendo   nucleósidos marcados con un isótopo radiactivo como la timidina tritiada   al medio de cultivo y luego se puede medir su incorporación al núcleo celular, utilizando un contador de centelleo. Así mismo varias proteínas  llamadas lectinas, incluyendo la concanavalina (ConA) y la    fitohemaglutinina (PHA), son eficaces activadores de las células  T. El Pokeweed mitogen (PWM) es otro ejemplo de una lectina con propiedades de potente mitógeno, que estimula tanto los linfocitos T como los linfocitos B.

Estudio de la producción de anticuerpo por las células de B

El estímulo de los mitógenos sobre los linfocitos B  puede ser usado para evaluar la capacidad de una población de células de B para producir   anticuerpos. La técnica ELISA es el ensayo cuantitativo   más comúnmente usado para medir niveles de anticuerpo. Las células de B pueden ser estimuladas con mitógenos o antígenos  específicos “in vitro”, y   cultivadas en cámaras   sobre membranas de  nitrocelulosa en una técnica denominada ELISPOT (enzyme-linked immunospot). La membrana de  nitrocelulosa facilita la captura de los  anticuerpos secretados por células de B individuales. Los precipitados   de anticuerpo fijados en  la nitrocelulosa pueden ser revelados  usando un anticuerpo secundario, conjugado con enzima específico para el anticuerpo. Esta técnica permite enumerar los anticuerpos sintetizados por el linfocito B. 

Ensayo  para detectar células T y naturales asesinas (NK)
Los ensayos de células T permiten estudiar la respuesta de las diferentes poblaciones y subpoblaciones celulares  de linfocitos T. Se puede medir  la función de las  células cooperadoras y su actividad sobre las células de B, así como    la activación de los  macrófagos y la cooperación CD4-linfocito T. Los ensayos de citotoxicidad  miden la capacidad de células de T citotóxicas o células naturales asesinas (NK) para matar células diana, marcadas con un isótopo. Las células diana  han sido previamente activadas con un antígeno específico. El fundamento inmunológico de esta prueba se basa   en el hecho de que las células NK expresan en la membrana receptores Fc, que les permiten unirse  a la región Fc de  algunos isotipos de las inmunoglobulinas. Este método mide una propiedad importante funcional de células NK, lo que se conoce como citotoxicidad celular mediada por anticuerpos. (Antibody-Dependant-Cell mediated-Cytotoxicity).

Función de los basófilos
Las pruebas de degranulación de los basófilos o de la liberación de histamina, permiten completar los test cutáneos, pero son mas costosas y complejas.

Cultivos celulares
Varios sistemas experimentales han revolucionado la  capacidad de investigar   sobre el desarrollo del Sistema Inmunológico, sus propiedades funcionales y reguladoras, y los mecanismos patológicos asociados con las inmunodeficiencias y las enfermedades autoinmunes. Muchos de estos sistemas experimentales dependen de métodos de cultivos de células mantenidos   in vitro. Los sistemas de cultivos celulares han facilitado   el desarrollo en los años 1970 de hibridomas, para producir anticuerpos monoclonales. El conocimiento de factores de crecimiento necesarios para mantener células linfoides ha hecho posible reproducir y cultivar “in vitro” células funcionalmente competentes.
Las técnicas de ADN recombinante han permitido   la transferencia de genes a líneas   celulares, permitiendo analizar el comportamiento del gen transferido. Asimismo, las técnicas de ADN recombinante han hecho posible  desarrollar moléculas y receptores genéticamente inducidos,  lo que ha permitido aclarar el comportamiento y la interacción de diferentes moléculas, como, por ejemplo, la relación receptor/ligando. 

Cultivos de células primarias y líneas linfoides clonadas

Como en otros muchos campos de la Biología, los sistemas de cultivos celulares han servido de instrumento esencial para conocer la respuesta,  el desarrollo y las propiedades fisiológicas de las células. La capacidad de los cultivos de células linfoides,  que consisten en poblaciones heterogéneas  de células  de T y  células de B (cultivables   durante los períodos limitados de tiempo) ha permitido   estudiar los mecanismos bioquímicos y moleculares que controlan muchos rasgos importantes biológicos de las células  B y de las células T, incluyendo cambios genéticos.

La transformación de B y células de células  T para generar líneas de célula inmortalizadas, se ha logrado usando una variedad de métodos, incluyendo la exposición de células a ciertos cancerígenos o virus (por ejemplo, Epstein-Barr, el virus para la transformación de células de B, el virus T tipo I de la leucemia humana   para la transformación  de células T humanas). Muchas líneas celulares se han obtenido de tumores  de manera espontánea o   experimentalmente (como consecuencia de la administración de cancerígenos o de la infección de un  virus).

La ventaja principal de usar líneas celulares establecidas es la de poder obtener grandes cantidades de las mismas. Una desventaja es el empleo de cancerígenos o células transformadas por virus  que son, por definición, anormales. Muchas células transformadas tienen un número anormal de cromosomas y, a menudo, expresan fenotipos y propiedades funcionales no presentes en las células normales. Un avance   en la generación de líneas celulares linfoides se produjo a  finales de los años 1970 con el descubrimiento de que    líneas celulares transformadas  no específicas contra una antígeno y   células de T  específicas contra un antígeno, podrían ser cultivadas durante los períodos largos de tiempo cuando un factor de crecimiento de células T, la citocina  IL-2, fue incluido en los cultivos, junto con células presentadoras de antígeno y los propios antígenos.

Este procedimiento  ofreció varias ventajas sobre el empleo de células transformadas, ya que las células eran, desde todos los puntos de vista  normales. Por este procedimiento se podían generar grandes cantidades de células transformadas frente a un determinado antígeno; y ser utilizadas  en investigación Muchas de estas   líneas de célula de T han sido usadas en la identificación y la caracterización bioquímica de citocinas, permitiendo reconocer   los genes que codifican para estas proteínas.
El empleo combinado de sistemas que permiten la reprodución de las células, los métodos de transferencia génica y los modelos   animales, nos han ayudado a entender cómo las células linfoides desarrollan la autotolerancia así como las mismas pueden evitar mecanismos que inducen tolerancia, para hacerse células autorreactivas que causan enfermedad.

Modelos de experimentación animal
Estos   sistemas utilizan cepas singénicas de ratón, con una gran variedad de perfiles genéticos, algunos de los  cuales han sido  genéticamente obtenidos. Algunas cepas singénicas, tienen una predisposición innata para desarrollar una enfermedad particular (el cáncer de mama, leucemias,   enfermedades autoinmunes, la inmunodeficiencia severa combinada). Los animales genéticamente alterados, por otra parte, pueden  ser desarrollados para expresar un gene particular extraño (ratones transgénicos) o interferir   la expresión de  algún gen diana (ratones knockout). Tales tensiones son útiles en el estudio de la expresión de un particular transferido o en el estudio  de las consecuencias de silenciar un gen en ratones knockout. 

Animales singénicos
El cruce selectivo de animales durante 20 generaciones, por lo general conduce a la producción de un animal endogámico. Todos los animales así obtenidos   son genéticamente idénticos. Por lo tanto, como los gemelos    idénticos, estos animales son   singénicos. Las respuestas inmunes de animales singénicos pueden ser estudiadas en ausencia de variables asociadas con diferencias genéticas entre ellos. Los transplantes entre los miembros de cepas singénicas siempre son aceptados, ya que su Complejo Principal de Histocompatibilidad (Mayor Histocompatibility Complex)  es idéntico.

El conocimiento de las leyes de trasplante y el papel del  MHC como la barrera principal genética que condiciona un  trasplante  se determinaron  por el empleo de animales singénicos. Los experimentos que condujeron a la identificación de los genes de  clase I y de  clase II, del CMH, cuya función principal es la de presentar los fragmentos de péptidos antigénicos en la superficie de célula, para que puedan ser    reconocidos por células de T antígeno específicas, tambien fuero realizados en animales singénicos. 

Ratones SCID
La  inmunodeficiencia severa combinada, SCID, (Severe Combined Immunodeficiency Disease) es una enfermedad   en la cual las células B y  las células de T fallan en su desarrollo, haciendo que el individuo esté gravemente comprometido en lo que concierne a los  mecanismos de defensa linfoide. En los años 1980, en una línea de ratones consanguíneos homocigotos, scid/scid, se desarrolló espontáneamente una mutación autosómica recesiva, causando una deficiencia severa (SCID). A causa de la ausencia de células  T funcionales y de  células de B,  los ratones SCID, son capaces de aceptar células e injertos de tejido de otras líneas  de ratones y de otra especie.  Los ratones SCID, puede ser injertado con células   hematopoyéticas humanas para crear quimeras SCID-humanas. Dichos ratones quiméricos desarrollan células T maduras, funcionales y así como  células   B procedentes de los precursores de células hematopoyéticas   humanas. Este modelo de animal se ha convertido un instrumento de investigación valioso, ya que esto permite   manipular el Sistema Inmunológico humano “in vivo” e investigar el desarrollo de las células linfoides. Además, ratones SCID-HUMANOS pueden ser usados para producir vacunas contra el    virus de inmunodeficiencia humana.

Ratones desnudos
La importancia del timo en el desarrollo de células de T maduras puede ser demostrada   usando   ratones timectomizados  en el momento del nacimiento, irradiados, y posteriormente reconstituidos con médula ósea singénica. Tales ratones fallan en desarrollar células de T maduras. lo que conlleva que  el ratón nace sin pelo, de ahí el término desnudo. el desarrollo de célula de T puede ser restaurado   injertando a estos ratones tejido epitelial del timo. Como en el caso de los  ratones SCID, estos modelos de animal han sido empleados en el estudio del desarrollo de célula de T. Estos ratones  también son muy útiles para estudiar  la propagación “in vivo” de células tumorales de diferentes tejidos propios y de otras especies, debido a la ausencia de células  T requeridas para rechazar   células extrañas.